Beacons: sí, lo están buscando a usted

Qué son: redes de señales de corto alcance, vía bluetooth.

Para qué sirven: para crear contactos de proximidad de modo muy preciso.

Traducción: muy pronto, cuando usted vaya por la calle, un mensaje aparecerá en la pantalla de su teléfono en el que el local del frente le dirá por su nombre: “bienvenido, hace tiempo que no venía. Entre y se toma dos cervezas por el precio de una. ¿Le provoca?”.

Este tipo de servicios se cuecen para las marcas y muy pronto estarán diseminados por todo el mundo. Y no son pocos los desafíos que se plantean.

Para las agencias y los medios: el tipo de historias que tendrán que empezar a contar y el modo como la hiperlocalidad cambiará sus formas y sentidos. Empieza una nueva era.

Para las marcas: se necesitan nuevos móviles para el enganche y el compromiso, muy pronto la pelea entre ellas será por la aparición (aunque sea por milésimas) en la pantalla del móvil de su cliente. ¿Quién ganará?

Para los usuarios: el dilema será entre ser o no ser encontrados, porque ellos siempre tendrán la opción de escoger. Pero, más allá de las polémicas y los cuestionamientos sobre privacidad y libertad, se acentúa la era del poder de los clientes, de los servicios confeccionados exclusivamente para ellos, con nombre y apellido.

Una última cuestión: ¿nos acercan los beacons a la zona roja de la saturación publicitaria? Nos gusta pensar en ellos como una oportunidad de comunicación próxima entre personas más allá de las imposiciones del mercado porque las aplicaciones y posibilidades son infinitas.

¿El arte ya pensó en beacons? ¿Los políticos lo han hecho? ¿La industria turística? Todo está por verse.