La estrategia del sitio web va más allá de cómo luce, del color, de las formas o de si es adaptativo o no. Es necesario entender el negocio y la naturaleza de los clientes, del público y así definir cómo el sitio web puede ayudar a resolver los problemas de los usuarios en el proceso de la compra o adquisición del servicio de la compañía. La fase de estrategia nos entrega la claridad de los objetivos, construimos las hipótesis y definimos las métricas que nos permitirán luego saber si el objetivo se cumple.
Con la data disponible y la estrategia de conversión clara, nos enfocamos en construir un sitio web que funciona mejor, porque nos concentramos en ese 20% de páginas que hace el 80% del valor del sitio y de la empresa. Es un producto terminado, pero en “beta” esta es la base para empezar a construir y a optimizar la experiencia orientada al crecimiento.
Después de la puesta del sitio web al aire, comienza un periodo de recolección de datos de usuarios que usan el sitio, con esa data identificamos acciones puntuales de mejora que se implementan con metodologías ágiles y que producen alto impacto en el crecimiento continuo del negocio.
Si decimos que el sitio web es el primer representante de ventas, debe estar creado para convertir visitantes a leads, prospectos comerciales con los que podamos comenzar a entablar una relación comercial.
Experiencia de usuario es darle a los visitantes lo que ellos quieren: el contenido correcto, en el momento correcto, así logramos un mayor volumen y calidad de los leads que capturamos con la estrategia.
La autoridad del sitio se construye con la optimización. Una mejor posición en los buscadores garantiza un mejor proceso de conversión. El SEO es el marketing digital de lo importante.
Entregamos una experiencia clara y consistente en los diferentes dispositivos de navegación móvil y de escritorio.